El
pixel es una suerte de granito cuadrado muy chiquito que, sumado a otros miles o millones de granitos, conforma una imagen de las denominadas “digitales”. Cuanto más aumentás el tamaño de una foto, más posibilidades hay de que aparezcan ante la vista humana esos cuadraditos. Lo mismo pasa si reducís, con un software, la cantidad de píxeles para hacerla más "liviana".
Cuando ves esos cuadraditos es que la foto está “pixelada”. Un término medio ambiguo, porque la foto siempre tiene píxeles. Pero bueno, si hablamos de una foto pixelada, hablamos de una foto con pocos píxeles, tan pocos que cuando la hacemos crecer en tamaño… se los vemos.
Ver una foto pixelada no es algo demasiado agradable a la vista, porque le falta “armonía” en sus figuras, definiciones y colores.
A veces una linda foto (o una foto tomada a alguien “de buena presencia”) puede arruinarse y denotar fealdad, desarreglo, brutalidad, suciedad y varios etcéteras.
Opinar con la foto en un medio tradicional es viejo. Es tan viejo que ya aburre. Pero además, es un recurso al que han dejado de apelar los medios gráficos más importantes del mundo, especialmente cuando deben ilustrar notas referidas a las principales figuras políticas de un país. Esto no quiere decir que “cubran” al político en cuestión, sino simplemente que han comprobado, con el paso del tiempo, que el recurso de desnudar mediante las fotos las imperfecciones conocidas o desconocidas de los protagonistas, se volvía en contra del mismo medio.
El lector advierte la intención y, opine lo que opine de los protagonistas, se queda con una mala sensación del mismo medio ante semejante bajeza.
Sin embargo, en la Argentina suele utilizarse muy seguido en varios medios. Crítica es un gran ejemplo de esta costumbre. Pero lo que noto es que por estos lugares, la mediocridad es doble: les encanta hacerlo con las mujeres.
Claro, no con todas. Pero la casualidad de contar en este país con una presidenta mujer (y sobre todo una que, al contrario de otras mandatarias, se viste de mujer y no de hombre), da pié para el regocijo permanente.
Fíjense en esta fotos que copié hoy (las 4 imágenes en un lapso de 5 minutos en el mismo medio). Todas las fotos tienen los píxeles apropiados para publicar en Internet con una calidad aceptable. Salvo la de CFK, que está totalmente pixelada y sus colores denotan que fue retocada o tomada con una cámara de juguete.
En fin … hay
algunos macarras que se suben a los pedestales a vociferar sus intereses. Otros prefieren las letrinas.
2 comentarios:
Es cierto, che, no lo había pensado. Además está linda en esa foto.
Un abrazo!
(Lo que le pegaron en el mismo diario por haber usado anteojos de sol para ver al argelino en jefe.)
Natanael, esos detalles les encantan a la clase media. Como llegar tarde a las fotos, ciertos vestidos. Recuerdo que cuando Menem iba afuera mucha prensa liberal se quejaba de la comitiva numerosa, pero no de las entregas que hacia. Un abrazo.
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