Cable a tierra

Este jueves 23 se realizó en Santa Rosa la decimo primera de las audiencias públicas impulsadas por el gobierno nacional para debatir la propuesta de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que intenta desmonopolizar el sistema de telecomunicaciones y radiofonía en el país.

Hay coincidencia en que hubo un fuerte respaldo a la iniciativa desde distintos ámbitos oficiales y privados. Los únicos que manijean políticamente para cajonear la propuesta son los cableros de la ATVC, esgrimiendo una excusa similar a la usada el año pasado por las entidades rurales y sus aliados para voltear la resolución 125: sostienen que el proyecto atenta contra los pequeños cableoperadores del interior del país.

Entre los que hablaron en la audiencia de ayer, estuvo un representante del sector. Luego de exponer su postura crítica, se retiró sin escuchar a los demás, demostrando (por si hiciera falta) el extraño concepto de democracia que practican en su actividad.

La bronca de la Asociación, que suele escudarse tras la fachada de los pocos cableros independientes del interior no absorbidos por Multicanal o en su momento Cablevisión, surge por la actividad de las cooperativas de servicios públicos. En cierta medida, pueden "aceptar" la entrada en el negocio de nuevos competidores. Pero hace años que vienen presionando a los funcionarios (con éxito) para que impidan la apertura hacia las únicas empresas que están en condiciones de ofrecer un servicio de telecomunicaciones eficiente y popular desde el vamos. Hablo de las cooperativas de servicios públicos, quienes ya poseen la infraestructura apropiada (columnas, las de electricidad; columnas y fibra óptica, las de telefonía).

Es verdad que el hecho de ser entidades cooperativas no las exime de prácticas empresariales jodidas, pero esa no es la regla. Lo común es que en el interior se han cargado al hombro, en muchos casos, la defensa de las medidas más piolas de este gobierno, luego de la decepción que para muchas de ellas fue la experiencia de la Alianza y sus manejos en el COMFER. Y han aprendido a guardar en el cajón las objeciones, a la espera de tiempos más apropiados. Me acuerdo de Julio Bárbaro y las chicanas que les ponía en el camino, mientras se sacaba fotos con empresarios del cable que hoy le hacen el juego a Clarín.

La cuestión es que hay una expectativa muy grande un varias cooperativas y organizaciones sin fines de lucro por aprobar el proyecto de ley, con las modificaciones que seguramente saldrán de las muchas audiencias que se vienen realizando.

No estaría mal que el gobierno profundice el cambio en la mirada hacia las cooperativas que se viene dando desde hace unos años, con una ley que no deje en el aire algunas cuestiones que después sean boicoteadas por las reglamentaciones.

Hay mucha esperanza en esto, pero el gobierno no juega solo en el congreso. Cómo se comportarán los republicanos (radicales, socialistas, progres de la 125) a la hora del tratamiento, es algo que habrá que averiguar en las páginas del gran diario argentino, que les marca la agenda y (a muchos de ellos) ya les ha bajado línea para el discurso sobre el tema.

A propósito de Clarín, la imagen que cuelgo es de un volante que anduvieron repartiendo en la audiencia representantes del cable de Punta Alta, que parece que siguen "sufriendo" el costado mafioso de un Grupo que paga altos sueldos a periodistas independientes para que pidan al Estado reglas claras y democráticas.