TEGUCIGALPA, jul 24 (Reuters) - Si en estos días alguien quiere escuchar en Tegucigalpa al presidente destituido Manuel Zelaya hablar en vivo desde el exterior del país tiene pocas opciones: el único lugar donde ésto es posible, le dirán, es Radio Globo, una emisora que apoya al mandatario.
Sin embargo, la radioemisora ha sido sacada varias veces del aire desde el golpe de Estado del 28 de junio, en una de las muestras más evidentes de las dificultades para ejercer actualmente el periodismo en Honduras, según organizaciones de defensa de la libertad de prensa.
"Comenzamos a denunciar que había un golpe de Estado y ellos (por el Gobierno interino) querían que dijéramos que era una sucesión presidencial y a las 6 de la tarde (del día del derrocamiento de Zelaya), entró directamente el Ejército", dijo a Reuters David Romero, director de la emisora...
Unos 60 soldados ingresaron con la cara cubierta y comenzaron a destrozar muebles y equipos de oficina, narró Romero, quien aseguró que las interrupciones y amenazas persisten, y el fin de semana último la señal se cortó al menos dos veces mientras transmitían declaraciones del mandatario hondureño depuesto.
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La noticia de Reuters deja ver que tan en "orsai" han quedado en este tema algunos periodistas y conductores de noticieros argentinos, en su afán de ser "neutrales" y distantes cuando les conviene a sus patrones. (Al respecto, pueden verse informes en el programa 6,7,8 por Canal 7)
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