18/8/11

El lugar vacante



El “dirigenticidio” (una suerte de genocidio sobre dirigentes de toda calaña) cometido impiadosamente por Cristina en las elecciones del domingo, dejó al descubierto y a la vista de todos un fenómeno que hace tiempo venía advirtiéndose en el mundillo del análisis político y mediático: los grandes medios de información han dejado de ponerle musiquita de fondo a las dirigencias. Sólo bastaba que parte de ella advirtiera algo que desde abajo se veía con claridad. El que se acuesta con medios, amanece quemado.

Hay en el periodismo argentino, desde hace varios años, un enorme vacío, que esta semana se evidenció como nunca. No queda una sola referencia, un sólo medio de los grandes, periodísticamente capaz de ofrecerse como prenda de conocimiento, seriedad, lugar de encuentros -y desencuentros, ¿por qué no?- de la dirigencia argentina, sea ésta política, gremial, judicial, empresarial y hasta deportiva o cultural.

No deja de ser una incómoda pena, porque las estructuras están casi intactas, a pesar del avance de internet. Y si hablamos de estructuras y desarrollos territoriales, deberíamos reconocer que hoy por hoy, quien está mejor preparado para ocupar ese lugar vacante es, mal que nos pese, Clarín.

Este impresionante medio gráfico (y multimedia, es verdad, pero rescato lo gráfico porque es el mejor ámbito para las interpelaciones más perdurables, constantes, profundas y plurales) tiene algo que es fundamental para ocupar el sito vacío: estructura, logística, experiencia y sobre todo una comprobada capacidad para crear contenidos.

Clarín ha generado históricamente productos excelentes, porque tiene con qué y con quiénes. El detalle es que falta lo fundamental, decisión política, para llevar a la práctica un producto con plusvalía que no sea sólo económica.

La contratapa de Clarín fue, desde la vuelta de la democracia en los 80, la mesita del comedor de la familia tipo argentina. Por allí andaban, como en un parnaso, Fontanarrosa, Caloi, Altuna, Grillo, Viuti, Dobal, Tabaré, Guinzburg, Abrevaya y otros grandes, turnándose , quizás sin buscarlo, el coqueteo afectivo sobre la mesa de la cocina. La tapa era el living de los mayores. Es verdad que aquel grupo familiar explotó en los 90, pero la apuesta que el pueblo hizo el domingo, jugándose masivamente por una forma de gestionar el país que sigue dando resultados, debería hacer pensar al Grupo si esa familia no está renaciendo de sus cenizas, aunque ahora huérfana de referentes en la gráfica de todos los días.

Las dirigencias también lo están, desde el domingo por lo menos. Y no es que necesiten un grupo de medios que las haga bailar con su musiquita pero sí merecen todos los dirigentes, de uno y de otro lado, un ámbito de debate e información confiable, fácil de identificar, masivo, sin necesidad de computadoras y con llegada a todo el país.

La serie de títulos melosos publicados en los últimos días, con añejo aire de neutralidad y distancia, se parece más al cansancio de un mafioso que hace una pausa en la guerra para habilitar llamadas telefónicas, que a un sincero cambio de rumbo en su política editorial. Menos aún parece -aunque debería serlo- un golpe de timón en sus estrategias de Grupo económico que, a esta altura de los acontecimientos, ya podría sentirse harto de sostener inoperantes simbolismos (Magnetto, van der Kooy, Ernestina, etc.) sepultados desde hace larguísimos meses con la tierra que ellos mismos levantaron.

5 comentarios:

Matias dijo...

Como fue La Opinión ¿no?

_Ariel_ dijo...

Matias, no conozco demasiado la experiencia de La Opinion. No se hasta que punto, por ejemplo, era popular, como si lo fue luego Clarín.

Pero mas alla de las experiencias anteriores, si yo fuera el CEO de Clarin o La Nacion, haría el intento por algo nuevo. Claro que como están los dos, absolutamente incendiados, les puede llevar años lograrlo. Además, creo que es indispensable mandar a cuarteles de invierno a los pricipales generales que han usado.

La llegada de Lanata a Clarin o Majul a La Nacion (!) es mas bien insistir en el error. Pan para hoy, hambre para mañana

Saludos

Anónimo dijo...

"Los grandes medios de información han dejado de ponerle musiquita de fondo a las dirigencias." ¿De dónde sacás semejante afirmación? ¿Acaso no están repitiendo como loros lo que les dicen los medios? ¿Acaso no están rompiendo las bolas con el "equilibrio en peligro", tema impuesto por los medios? ¿Acaso no abandonaron las denuncias de supuesto fraude, que era lo que ellos estaban tratando de imponer?

A vos te queda claro que los medios no influyen como creían que influían. A ellos no. Siguen en la misma.

Saludos,
Marcelo, el gaucho

_Ariel_ dijo...

Marcelo, siempre va a suceder algo parecido. Porque la vision politica de los medios va a seguir exisitiendo, y siempre habra un sector de la dirigencia que quiera complacer la agenda de los medios, sobre todo si les sirve. Y sobre todo si es lo unico que les queda en una campaña.

Tampoco habria que confundir dirigencia con Sanz y Pinedo. Si haces memoria, vas a advertir que no son pocos los dirigentes que seguian la agenda de Clarin a rajatabla, y desde hace unos dos años le han soltado la mano. Y lo que digo es que eso se quebró aun mas el domingo, cuando quedo plasmado en la realidad la ineficacia de los discursos nacidos en los medios y llevados a la campañas asi porque sí.

Ahora, de ahí a que sectores de una oposición discursivamente destruida rechacen el único argumento al que (esta visto) pueden agarrarse para tratar de zafar del desastre, hay un trecho muy grande. Lo del “desequilibrio” es un tema de campaña y un manotazo de ahogados. Y si bien yo me rio de esas estupideces, hay que admitir que no les queda otro latiguillo de campaña para tratar de despegarse del ancla de Alfonsin y Duhalde.

En fin, si bien insisto en que lo que paso el domingo va a cambiar la onda en varios opositores para los proximos años, tambien hay que decir que a falta de presencia territorial, a algunos no les queda otra que bailar con la musiquita, aunque ya no opere en la realidad. Los boludos y las piedras no se terminan nunca.

Saludos

_Ariel_ dijo...

Me olvidaba: uno que no siguio la tapa de Clarin para su campaña fue Macri, y mal no le fue. Su campaña no se basó en atacar al gobierno sino mas bien lo contrario.

Saludos!