Propuesta Republicana

No voy a aclarar como viene la mano con los medios privados y los gobiernos nacionales, provinciales o municipales con el temita de la publicidad, porque entiendo que si llegaste hasta acá, más o menos sabrás de esa histórica cantinela, que es más pesada y seguidora que la “Link Table” del campo (lo de Mesa de Enlace fue, gordi, no podemos salir con cacerolas de teflón para que después nos llamen “enlace”, no da…)

El reclamo de los medios es siempre el mismo, pero no atinan a buscar una solución porque no creo que les convenga. Si hay algo que sobran son ideas, pero los empresarios de los medios no debaten sobre el tema: tiramos algunas propuestas, muy republicanas.

1.- Licitación: La publicidad oficial debería ser tratada como las demás salidas de dinero público que buscan una contraprestación en ámbitos privados. Obviamente sería un quilombo al principio, pero puede buscársele la vuelta, nada es imposible.

2. Medios propios: Si se trata de que el Estado cumpla con el deber constitucional de informar a los ciudadanos ¿por qué no se lleva adelante, además del Boletín Oficial, la Canal 7 y Radio Nacional la edición de un diario gratuito donde se cumpla con esa obligación? Y se elimina completamente la publicidad oficial en todos los medios privados. ¿En qué parte de la Constitución dice que la gente debe destinar dinero de sus impuestos a Lanata o Magnetto, como para que estos se calienten cuando esto no se hace como quieren?

3. Prohibición: Sí, prohibición de la publicidad oficial paga. Cuando los Estados tengan necesidad de difundir, por ejemplo, llamados a licitación (esos avisos enormes que se hacen en cumplimiento de leyes y reglamentos de compras), que no se pague por eso. Hoy, por el contrario, las tarifas de los avisos que son una obligación de las reparticiones públicas, son más caras. Le cobran más al que está obligado a avisar. Si esto no es una avivada de los medios, no sé qué es. Que sean gratis, y que se establezca un reglamento con el fin de no abusar de los espacios.

Hay muchas ideas para solucionar este tema que tanto preocupa a la Prensa Republicana. El problema es que no quiere solucionarlo. Sus dueños solo quieren que la torta grande de publicidad se distribuya equitativamente entre un grupito de grandes medios, y el resto que goce la teoría del derrame. Obviamente ni les importa que esto sea un perjuicio para las arcas públicas. Si mañana a Fontevecchia o a Montoto se le ocurre sacar un diario o un canal, al poco tiempo tiene que ir el Estado a ponerle avisos. Si le ponés mucho, no te joden con la agenda política, si les ponés poco, agarrate.

Tal vez se pueda objetar que estas ideas favorezcan la concentración de medios: los Estados no podrían salir a sostener con publicidad oficial a los medios pequeños, sobre todo en el interior. Creo que ese miedo es engañoso. La publicidad oficial, entendida como hoy se entiende (en todas las administraciones, desde CFK hasta Macri, pasando por Binner y el intendente del pueblito más pequeño del país) favorece la concentración porque los empresarios con medios más importantes someten (con éxito) a la dirigencia política y las distintas oficinas estatales mediante constantes presiones para gastar dinero público en sus empresas. Es decir, obligan a las administraciones a gastar un dinero que si éstas lo destinan a comprar colchones y chapas, denunciarían como asistencialismo.

No creo que estas ideas republicanas les vengan bien a los medios que tantas medidas republicanas exigen de parte de los gobiernos. Porque, como en otros asuntos, no les interesa la equidad sino el negocio… y esa delicia diaria de saber que tienen agarrada de las bolas a buena parte de la dirigencia argentina.