29/6/10

El mundial, la derecha yanqui, Globo y Dunga



Leemos:

Dunga y TV Globo
En Brasil, la Copa Mundial dio pie a una campaña contra TV Globo en Twitter: muchos usuarios de Internet aplaudieron la actitud del entrenador Dunga de terminar con los privilegios a los que estaba acostumbrada la televisora, tales como entrevistas exclusivas con los jugadores y el poder acompañar al equipo todo el tiempo, según explica el columnista Mauricio Stycer of UOL. Usuarios de Twitter llamaron a boicotear al canal el viernes, durante el partido entre Brasil y Portugal. La campaña “Un Día sin Globo” ocurrió después de otros dos casos similares de críticas a figuras del canal a través de Twitter: ”Cállate, Galvão” y “Cállate, Tadeu Schmidt”.

El mundial y la derecha yanqui
“No importa cómo nos lo vendan. No importa cuánta gente famosa consigan. No importa cuántos bares están abriendo más temprano. No importa cuántos comerciales de cerveza pasen. No queremos la Copa Mundial. No nos gusta la Copa Mundial. No nos gusta el fútbol (soccer)… Al resto del mundo le gustan las políticas de Barack Obama. A nosotros no y estoy bien con eso. Si quieren las políticas de Barack Obama o la Copa Mundial en sus países, ténganlas”, dijo Glenn Beck, un comentarista muy conservador de la cadena Fox News al comparar las políticas del presidente Obama con el fútbol.
Dan Gainor, de Media Research Center, dijo que “el fútbol ‘soccer’ es un juego de pobres” que “la izquierda está imponiendo en las escuelas a lo largo del país”.


24/6/10

Proyecto PRO


Leemos en la página de Fatpren:

El PRO impulsa una ordenanza para acallar a medios críticos

En la localidad bonaerense de General Madariaga, el bloque de concejales de Unión PRO -la alianza política que en la provincia realizaran Mauricio Macri y Francisco De Nárvaez- presentó ante el Concejo Deliberante de esa localidad un proyecto para prohibir que el municipio paute publicidad oficial en medios de comunicación que "agravien u ofendan" a cualquier funcionario municipal o a quienes integren comisiones de instituciones intermedias.

La propuesta, que incluye la sanción para el funcionario que no retire la publicidad y el bloqueo de la misma durante dos años para el medio responsable de la publicación, prevé que la suspensión de la pauta debe efectuarse dentro de las 72 horas de producido el hecho, lo que implica una decisión a partir de la opinión del presunto agraviado, sin que medie instancia judicial alguna que dirima efectivas responsabilidades.

Uy, cómo se van a poner Magdalena y el Nelson cuando se enteren...



23/6/10

Maldito mundial


Editor: ¿qué tenemos?


Periodista: nada, todo es mundial.

Editor: cómo “nada”!?!?! para qué se les paga a ustedes? Algo debe haber.


Periodista: está lo del canje.

Editor: dejate de joder, eso no mueve. Y encima les fue bien. Pregunté si había algo como la gente.


Periodista: está la discusión de Fernández con Magdalena.

Editor: dios mío... maldito mundial… estos son los únicos momentos en que me gustaría ser periodista deportivo...esos sí que saben inflar sin culpa
...!

Periodista: …voy a ver si encuentro algo...

Editor: fijate en el Indec, alguna boludez, lo que sea... eso mueve
algo todavía.

Periodista: bueno, me fijo.


Día negro para el tristismo


Ámbito Financiero dice:


Ámbito Financiero insiste:


21/6/10

Bombitas de agua


A días de un fallo adverso en la Corte, Clarín se despachó el lunes con una nota y unas infografías que hablan más de un manotazo de ahogado que de un monopolio en pleno ataque. La mención al diario Página/12 y Victor Hugo Morales, históricamente ninguneados en sus páginas, es todo un signo de los (nuevos) tiempos. Aunque de sus decenas de licencias le queden, jueces mediante, unas cuantas durante mucho tiempo, igual hay que decirlo: Clarín ya fue.

16/6/10

Los mamarrachos y la Corte



Por si no nos quedó del todo claro, hay que anotar en un papel la fecha de ayer, día en que la Suprema Corte de Justicia se mandó uno de sus históricos fallos. Olvidémonos un poco de que se trata de la ley de medios y quedémonos con el esqueleto de un fallo que, por venir del lugar de donde viene (la instancia máxima de uno de los poderes de la democracia), se niega a usar las palabras que corresponderían. La CSJ ha tratado de peligrosos payasos a algunos diputados y algunos jueces. La CSJ les ha dicho, sin usar (porque no puede) las palabras que usaría cualquier ser humano sensato: “señores, dejen de hacer mamarrachos, que da vergüenza ajena tener que corregirlos con los apuntes de la facultad”.

"La suspensión cautelar de la vigencia de una norma dispuesta por un tribunal presupone que éste se atribuye la competencia para sentenciar en definitiva con idéntico poder.
Dado que ese poder no lo confiere la Constitución Nacional a ningún juez ni tribunal de la Nación, alterando gravemente el modelo de control constitucional de las leyes por ella consagrado, es claro que el caso reviste gravedad institucional suficiente como para que esta Corte abra la instancia a efectos de asegurar la vigencia del sistema consagrado en las normas de máxima jerarquía, corrigiendo una deformación que introduciría el caos en la vigencia de las leyes sancionadas por el Congreso de la Nación lesionando para siempre el ejercicio de los poderes constitucionales."

En fin, una joyita que es perfectamente ninguneada por Clarín, La Nación, sus empleados caros.... y por todo el sistema de medios que nos toca sufrir, aunque cada día le quede menos hilo en el carretel.

15/6/10

"Menoscabo de la dignidad"


El iEco, de Clarín, publica una nota que pretende ayudar a identificar el maltrato laboral. Se afirma que este maltrato "puede tener formas ostensibles o sutiles, pero siempre implica un menoscabo de la dignidad". La publicación de la nota en un medio donde están prohibidas las representaciones gremiales desde hace años, es también un menoscabo. A la inteligencia, a la vergüenza, a la verdad... a unos cuantos etcéteras.

14/6/10

El iPad y los medios




La revista Time se "transforma" para ser leída (y cómo...!) en un iPad. ¿El futuro de los medios? Tómense el trabajito de ver más allá del contenido de este video (muy milico, muy comercial, muy yanqui). El asunto no deja de ser un desafío para todo consumidor y/o productor de contenidos. Impresionan las posibilidades que se abren, para bien y para mal. Como todo avance tecnológico, bah.

6/6/10

Clarín contra las cooperativas: la otra guerra del Grupo

"Walter Burzaco, presidente de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC), afirmó que “la TDT está pensada desde el Estado para competir con el cable y va a afectar a los operadores de todo el país”."

Algo de razón tiene Burzaco, y agréguele que la Televisión Digital Terrestre pondrá varias cosas en su lugar, empezando por los márgenes de ganancia de ustedes, los cableros, que desde mediados de los 80 vienen juntándola en pala.

El Grupo Clarín publica esa noticia donde (resumo por si no se quieren cansar de leer macanas) dice que una cooperativa, la de Bell Ville, quiere cobrar por transmitir algunas señales mediante TDT y competir con el cable (o sea con Clarín/Cablevisión). Pasado en limpio: dicen los empleados fieles de Magnetto que la TDT no es tan gratuita como dice el gobierno. Ay, caramba! les faltó decir.

Chicanas de vuelo corto que antes que hacernos enojar deberían alegrarnos, porque demuestran hasta qué punto Clarín y otros actores políticos se han quedado huérfanos de toda fundamentación medianamente aceptable por un lector con más de dos dedos de frente.

Al Grupo Clarín se le está complicando el panorama desde varios frentes. En Santa Rosa, por ejemplo, hace meses que viene planteando una disputa legal y política con la Cooperativa Popular de Electricidad, conocida como “la CPE”.

La CPE ya le arrebató medio negocio a las telefónicas privadas, con su red de fibra óptica y cable coaxial, que desde 2002 viene expandiéndose con un fuerte apoyo de parte de la gente. Se transformó así en la primera capital de provincia con telefonía fija en manos de una cooperativa.

El problema para Clarín es que esa red de la CPE permite además brindar televisión digital por cable. Puede entonces competir --con alta calidad-- con cualquier operador de cable privado por más tecnologizado y modernoso que sea.

Una cooperativa compitiendo de igual a igual con un multimedio de capitales trasnacionales, es un dato tenebroso que sólo puede ser neutralizado mediante la política, es decir, mediante normas hechas a medida de esos capitales. O sea: ley 22285 y/o resoluciones del antiguo Comfer, cuando era bastión de Julio Bárbaro y sus antecesores.

Pero cuando la mano cambia, cuando en el antiguo Comfer (hoy AFSCA) tenés a técnicos que además son viejos militantes de la comunicación; y encima tenés una ley de servicios audiovisuales que viene a ordenar un quilombo mayúsculo; y encima una autoridad presidencial que se aguanta las arremetidas de estos grupos, ¿Qué le queda por hacer a Clarín sino presionar y/o forrar a dirigentes locales para frenar a esas cooperativas?

En Santa Rosa (y tengo entendido que en otras ciudades chicas también, aunque no capitales de provincia), el Grupo Clarín está haciendo de las suyas con Cablevisión. Está reemplazando las antiguas redes de las operadoras de cable que fue comprando, para adelantarse a la llegada de nuevos operadores, favorecida por la ley de medios. Hace todo esto con la anuencia de un sistema judicial preparado y aceitado para la defensa del inversor privado, pero también con una dirigencia local que con la excusa de las indefiniciones existentes, deja hacer.

La lucha entre la CPE y Clarín se roba las tapas de los diarios casi todos los días. El municipio local, en manos de un intendente radical, y la provincia, en manos de un peronista, han dejado mediante sus administraciones que se produzca un avance ilegal de Clarín en la ciudad.

Mariotto visitó Santa Rosa y fue claro: el grupo no tiene licencia para hacer eso. Es responsabilidad de las administraciones locales autorizar o no el uso de las columnas y postes que, valga el dato, son de la cooperativa. Las autoridades locales han quedado en “orsay” y la sociedad, que tiene un gran aprecio por la cooperativa ya que fue (a diferencia de otras entidades) creada por ella misma, está viviendo un vivo y en directo una demostración crudísima de la forma de actuar de los monopolios privados.

Alcanza con salir a caminar un rato por Santa Rosa para ver cómo Cablevisión sigue tendiendo redes aunque ya se lo hayan prohibido. Tanto la municipalidad como la Administración Provincial de Energía han dictado (tarde pero seguro, por la onda que bajó desde Nación que parece no ser entendida por algunos) resoluciones que no están siendo respetadas por Clarín. Es decir, Cablevisión, Multicanal o como quiera que se llame la empresa que opera aquí y que pertenece a Clarín, se está cagando en las normas que dictan las autoridades locales. (uy, cómo se van a poner Magdalena y el Nelson cuando se enteren que alguien se caga en las normas...!)

Aparentemente, ambas administraciones han comenzado a alinearse con la decisión nacional de permitir el arribo de nuevos actores a los servicios audiovisuales. Pero no deja de llamar la atención la facilidad con que grupos económicos consiguen autorizaciones en instancias burocráticas intermedias, y después, cuando el tema aparece en las tapas de los diarios locales, éstas empiezan a recular.

Valga la aclaración: en el universo de las cooperativas, también hay de todo. Seguramente algunas tienen el signo $ en la tapa de sus Estatutos Sociales, pero la enorme mayoría han sido y son herramientas de contención ante el avance de los monopolios, sean estos de servicios públicos o de ventas de chupetines. Y siempre se han mostrado dispuestas a colaborar socialmente con las autoridades locales, sean del palo que sean. En La Pampa, la gestión de Verna (2003/2007) fue muy fructífera en ese aspecto: cooperativas con gestiones de color socialista, radical o peronista lograron importantes avances luego de una década desastroza.

La historia continúa, y vamos a ir subiendo alguna información importante que surja. Porque Dios tal vez atienda sólo en Buenos Aires, pero Clarín nos atiende (y cómo!) en todas partes.

1/6/10

Volvé, Mitre


En Tirando al medio, el blog de Gerardo Fernández, se levanta una entrevista de El club de la política a Víctor Hugo Morales; en una parte el uruguayo le aclara a su interlocutor que en realidad los medios no se han politizado ahora sino que siempre han tenido su posicionamiento ideológico, que eso no es lo grave y que lo malo es la defensa de intereses ajenos a la profesión, se ejerza desde la visión que se ejerza.

Creo que es cierto, pero no. Me parece que hay un error histórico en esa concepción de VHM. Se queda rengo. La característica histórica que los medios han perdido (en beneficio de intereses económicos y en perjuicio del oficio) no es solamente la legítima opinión política sino la legítima propiedad política.

O sea (dijo Minguito): lo que más debemos lamentar como sociedad en este tema es el divorcio que se dio entre los movimientos políticos y la propiedad de los medios.

Los medios nacieron desde grupos con real interés en ejercer influencia en la opinión sobre los asuntos públicos. Hablando en criollo: aunque nos provoque cosquilleos y en las escuelas nos enseñen lo contrario, el oficio periodístico es hijo bastardo de los movimientos políticos, y la política perdió cuando el oficio empezó a hacerse profesión bajo el paradigma de un pensamiento mundial que lo normalizó y estructuró, de acuerdo a reglas y métodos que no eran nuestra necesidad.

El alejamiento formal de los sectores políticos de la estructura de los medios, fue una condición necesaria para la llegada de los empresarios, y con ellos, los intereses ajenos a la profesión y a varias cosas más.

Moreno, Mitre, pero también los anarquistas, los socialistas, eran parte de una sociedad que ponía en juego sus ideas en las tribunas de doctrina (con perdón de la referencia) que vinieron a complementar las asambleas y demás instancias de debate. Al fin y al cabo, los tabloides eran nada más que tecnología al servicio de las luchas políticas.

En otro post, recordaba las familias propietarias. Esas familias en general tenían fuerte relación con movimientos políticos. Radicales, socialistas o conservadores con plata. Pero lo importante para la historia no era su condición de familias con plata sino su identidad política.

Pero estas tribunas, lamentablemente, fueron reemplazadas. Bajo el paradigma de una supuesta necesidad del ciudadano de crear un “periodismo independiente”, la propiedad de los medios se fue llenando de sociedades anónimas, como si el simple hecho de que, si a estas no les importaba nada más que hacer dinero, teníamos garantizada la libertad de información y debate. De eso se encargarían los profesionales. La historia de las últimas décadas nos abofeteó con un diario enrollado para matar moscas.

Los movimientos se fueron alejando de los medios, y al llegar los empresarios con su verso de libertad de prensa y periodismo independiente (independiente de “la política”, esa cosa que jode al ciudadano que quiere informarse), los partidos pasaron a ser convidados de piedra en los debates. Es decir, en las agendas. Y nosotros sólo podemos votar partidos, no sociedades anónimas.

Por eso, retomando lo de Víctor Hugo, pienso que lo que dice está bien, pero no. Lo bueno no es que vuelva la sincera opinión política de parte de los medios, limpia de intereses ajenos a la profesión; lo bueno sería que vuelvan los movimientos políticos a la propiedad de los medios. Cualesquiera sean estos: partidos, sindicatos, Bergoglio TV, todo el que quiera interpelar a la sociedad sin hacerse el desinteresado. El asunto tiene sus riesgos, pero no hay por qué tenerle miedo; al contrario, hay que temerle (la historia nos lo enseñó) al declamado desinterés por las interpelaciones desde la no política. Cualquier cosa que venga de ese lado es contraria a lo popular, a lo regional, a lo que nos compete como votantes.

Que vuelvan los Mitre, así al menos sabemos a quién putear.